Triste y sola...

...sola se queda Fonseca, decía la canción, y discúlpenme por citar a la impresentable y patética tuna, pero es lo primero que se me ha venido a la mente. Recuperado el foro padre gracias a los desvelos del capitán que con mano firme lo pilota y de su fantasmagórico ayudante, esta esquinita vuelve al olvido hasta que una nueva catástrofe, Dios quiera que no ocurra, haga recalar en ella a las hordas de naúfragos habituales, los que llevan siempre bien atada al prepucio la brújula que señala a este pequeño e infatigable bote salvavidas.

Bien, les deseo suerte. Que la travesía sea tranquila y feliz; que nada turbe sus sueños ni desvíe la nave del camino marcado.

Por aquí andaré.

Como yo no tengo prepucio de ese, me conformo con tener este sitio en favoritos.

Hay unos muñequitos muy monos.